Testimonios – Colegio Libertador San Martín

Celebramos el aniversario 53 de nuestro colegio

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Testimonios

Marco Dentone

Promoción 1987

Luego de terminar el colegio, no tenía clara mi vocación. Pero en medio de muchas circunstancias, recordé que fue en el colegio donde desarrollé muchos talentos…

Alberto Rojas

Promoción 1988

El tiempo de un otoño. Siempre que he pensado en mi colegio no puedo desligar aquel recuerdo de los años en donde me desenvolví. Es lógico que una persona haga …

Jorge Iván Rodríguez Grandez

Promoción 1985

Mi nombre es Jorge Iván Rodríguez Grandez. Tuve la suerte y privilegio de pertenecer a una época de mucha actividad académica, deportiva y cívico-patriótica. En cada aspecto mi promoción 1985…

Eric Harold Steven Sánchez Marticorena

Promoción 1984

El éxito por definición es el resultado feliz de una empresa emprendida. En ese sentido, el éxito personal resume todos los emprendimientos en los diferentes planos, ya sea en lo laboral, sentimental , intelectual, etc…

Guadalupe Elizabeth Sánchez Hernández

Promoción 1984

Soy ex alumna de mi queridísimo colegio Libertador San Martin, pertenezco a la promoción 1984, donde hice grandes amigas y amigos, mi tutor Profesor Carlos Orbezo, quien es Periodista, Profesor de Arte y Poeta Peruano, una gran persona..

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(01) 226-6716 / 922 173 281

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informes@libertadorsanmartin.edu.pe

Dirección
Av. Aviación 3067, San Borja,
Lima – Perú

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TESTIMONIOS

Alberto Rojas

Promoción 1988

El tiempo de un otoño.

Siempre que he pensado en mi colegio no puedo desligar aquel recuerdo de los años en donde me desenvolví. Es lógico que una persona haga colindar la mejor parte de su vida ―al menos para mí lo fue― con los hechos que circundaban alrededor. Y es mucho más lógico que el aroma a pasado me invada cuando ingreso por un aula imaginaria, en la clase de un profesor imaginario, con amigos imaginarios y recreos imaginarios. Pero todas esas ilusiones fueron en un momento un profesor, un aula, un amigo y un colegio tan macizos como el aroma a presente de hoy, el que me hacer sentir que el tiempo es, a veces, el hecho más mezquino en el mundo.

Hace un par de días el mundo colapsó. Un colapso tan hermanado y tan regular no se ha visto desde que el hombre llego a la Luna, o cuando cayó la bomba atómica sobre Hiroshima; más cerca de este tiempo creo que pasó algo así con las Torres Gemelas. Pues se cayeron el Facebook, Whatsapp e Instagram. Qué terrible hecho ―no puedo evitar una sonrisa al pensar en ello―, porque no fue una noticia aislada o ajena, fue en realidad un hecho que nos envolvió a todos. En particular perdí algunas oportunidades de negocio y el trabajo hecho a tempranas horas no sirvieron para nada aquel lunes. Ni hablar de los millones de millones en pérdidas en el mundo.

Hubo algo que también hicimos todos: recordar una época muy pero muy distinta a la actual, cuando el tiempo no era tan mezquino, o más bien, el tiempo era como el otoño que se hace apacible cuando deja caer sus hojas, recordando que ese vaivén es tan lento como los días en el colegio Libertador San Martín. He recordado a mi colegio aquel lunes porque veía a unos adolescentes en un parque conversar alocadamente, así pues imaginé que en sus rápidas palabras trataban que una hora más sin WhatsApp los podría llevar a la demencia, y sonreía al recordarme en esas edades, cuando en el colegio los días viernes, luego de clases, nos reuniríamos en San Borja Sur para jugar fulbito y en la noche no podíamos faltar al tono de rigor. Bastaba con planearlo al mediodía, no necesitamos ni siquiera del teléfono para afilar detalles, con una par de charlas en al patio del colegio era suficiente.

El Libertador San Martin fue mi único colegio, viví una gran época pues ingresé en 1978 y por supuesto tengo amigos excepcionales y tuve profesores que hasta hoy me siguen dando lecciones. Esto último no es una exageración, porque hace tres años visité al profesor Jorge Luis Rodríguez y su voz se mantenía intacta, no lo digo por su tono grave, sino por el consejo que daba. Esa clase fue exactamente la misma de treinta años atrás, cuando yo era un nene que empezaba a reconocer lo que estaban formando en mí, agregando en mi carácter la parte del colegio que me enseñó a volar derecho, a tomar decisiones que no atenten contra nadie, y por supuesto a fraguar mi futuro pensando que el egoísmo es una ruta a no seguir.

Recordé mucho a mi colegio porque a diario hablo con mis amigos por WhatsApp, y aunque no pude hacerlo ese lunes a través de mí teléfono celular, sí lo hice al momento de hurgar en los laberintos de mi corazón, cuando mis profesores me abrazaban con sus dictados y correcciones. Una de las cosas que mejor me enseñó el colegio Libertador San Martín fue que la mejor forma de defender las ideas es a través del lenguaje, sea en forma de palabras o en forma de escritos, como hago en estos momentos.

Finalmente me alegró mucho haber perdido las conexiones en las redes sociales por unas horas. Qué bien me sentí haber perdido esas oportunidades de negocio pues me envolví, tiernamente, en el vaivén de las hojas del otoño que no acaba, el otoño del tiempo sin horas ni minutos, cuando me echo a recordar que un colegio chico hizo grandes personas. A mi te tocará siempre recordar lo que me enseñaron, y apenas la forma como puedo agradecer es a través de las palabras que tomo de cuando en cuando para escribir. Gracias Libertador San Martín.

TESTIMONIOS

Eric Harold Steven
Sánchez Marticorena

Promoción 1984

Mi nombre es Eric Harold Steven Sánchez Marticorena. El éxito por definición es el resultado feliz de una empresa emprendida. En ese sentido, el éxito personal resume todos los emprendimientos en los diferentes planos, ya sea en lo laboral, sentimental , intelectual, etc. Y en ese punto la mística de este claustro siempre incidió no para que seas más rico, ni más estudioso, ni más popular sino para que te sientas exitoso con tus propios logros. Da igual si tienes un Mercedes o un BMW, si tienes una mega empresa o un carrito sanguchero. Si eres un profesional independiente o un empleado dependiente.

El recordado Director Manuel Tirado Andrade inculcó esa mística. Soy alumno desde la Primaria. Y más que una infraestructura lo que siempre marcó la diferencia con otras instituciones fue su plan curricular, cuyo objetivo principal es formar hombres exitosos que contribuyan a la sociedad.

Fue gracias a mis profesores que logré mi éxito personal. Como anécdota puedo decir que mi tutor al ver mi interés en el proceso educativo me dijo que pusiera en la cabecera de mi cama una cartulina con la frase «soy el mejor» y que la leyera todos los días al despertarme. Y así lo hice, me creí seriamente lo que decía la cartulina y obtuve el primer lugar durante toda la secundaria. Ese fue mi primer éxito.

Cuando el colegio me dio una beca para estudiar en el CEMAT (Centro Matemático) durante el verano, competía con alumnos de todo San Borja. Seguí leyendo mi cartulina y efectivamente obtuve otro éxito. Así fue durante la universidad, donde me decían el niño genio o Bruñito (por la enciclopedia Bruño). Luego durante mi vida profesional Independiente siempre recuerdo aquella cartulina que obviamente ya no existe pero que nunca se borró ni se borrará de mi mente. Si eso no es crear una mente exitosa y triunfadora, no sé que más pueda ser.

Mil gracias CEGECOOP Libertador San Martín, Director Manuel Tirado, Tutor Orbezo, profesores Castillo, Vilchez, Grandez, entre otros. Si realmente se quisiera hacer una reforma educativa peruana, a docentes de este tipo se les debería convocar.

En lo que a mi éxito profesional se refiere, puedo comentar que soy cirujano dentista con especialidad en odontopediatría. He servido en el ejército peruano y la fuerza aérea del Perú realizando labor social con la Gran Logia Masónica del Perú , ADRA y la ONG Camino a la Solidaridad. Siempre en el ejercicio profesional Independiente, tanto en Perú como en Estados Unidos donde también estoy homologado y habilitado, y donde he servido a la sociedad siempre con mística.

TESTIMONIOS

Guadalupe Elizabeth
Sánchez Hernández

Promoción 1984

Mi nombre es Guadalupe Elizabeth Sánchez Hernández, soy ex alumna de mi queridísimo colegio Libertador San Martín, pertenezco a la promoción 1984, donde hice grandes amigas y amigos. Mi tutor Profesor Carlos Orbezo, quien es Periodista, Profesor de Arte y Poeta Peruano, una gran persona, a quien siempre estaré agradecida por todas sus enseñanzas, toda su dedicación, como no recordar las vivencias en las aulas, el compartir con los compañeros en las diferentes actividades, el curso de educación Cívica, que lo hacíamos en el patio, las formaciones de los días lunes con el periódico hablado, donde presentábamos la noticia más importante del día o fecha de algún acontecimiento cívico, por supuesto con la dirección de nuestro profesor Carlos Orbezo, quien con su gran carisma y experiencia ponía sus expectativas positivas, desde el principio hasta el final de la actividad

Como no estar agradecida también de nuestro recordado director Manuel Tirado Andrade, profesores: Tobias Vilchez (QEPD), Luis Rodríguez y Jose Grandez, quienes me inculcaron valores, sacar todo lo mejor de mí, formándome principalmente como persona, afrontar todos los retos, a tener capacidad de juicio crítico, sentido común y análisis

Agradecida también porque aprendí que el éxito es multidimensional y variable y lo más importante el alcance de todo aquel que lo persigue, ellos me dieron las herramientas para alcanzar mis objetivos en la vida, gracias por enseñarme los valores y ser un profesional competente y comprometido con la sociedad.

Hoy en día soy Médico Pediatra, inicie mis estudios de Ciencia de la Salud en la Pontificia Universidad Javeriana en Bogota -Colombia, luego continúe en la Universidad San Martín de Porres. Me gradué como médico, hice la Residencia en la especialidad de Pediatría en el Hospital de la PNP. Actualmente trabajo como Médico Pediatra en Clínica Privada y en EsSalud donde fui directora del Policlínico Santa Cruz EsSalud -Miraflores. Soy Miembro de la Sociedad de Pediatría del Perú y tengo 26 años ejerciendo la medicina, y soy muy afortunada de poder expresar con alegría mi testimonio de gratitud y agradecimiento a mi querido colegio Libertador San Martín.